La palabra “paz” es uno de esos términos
que, de tanto usarlos, como en el famoso tema de la Jurado, terminan por
romperse, por vaciarse de significado. Le pasa también a “solidaridad” e
incluso a “familia”. Palabras con un significado tan alto que difícilmente
alguien podría no tenerlas en estima. Y esto es un problema, porque, si en el
mismo saco caben desde el misionero que renuncia a su vida para darla, hasta el
que despacha su ración de solidaridad anual con un paquete de macarrones en La
Gran Recogida, ¿qué es solidaridad? Todos valoramos la familia, pero si a
cualquier cosa llamamos familia (muchos incluyen aquí a mascotas varias), ¿qué
es la familia?
Cuando nos referimos a la paz, nos pasa
igual, a todos se nos llena la boca, pero ¿Qué es la paz? Que no haya guerra
abierta en nuestro entorno más cercano no significa que no la haya en muchas
partes de nuestro mundo a dos horas de avión. Eso si hablamos de guerra
abierta, pero estamos rodeados de numerosas “guerras” donde el odio y la
incomprensión campan a sus anchas: en la política, en las relaciones
comerciales, en el deporte, en los pueblos y vecindarios, dentro de las familias…
Todas estas guerras ofrecen su reflejo en
las redes sociales, auténticos campos de batalla donde los contendientes
ajustan cuentas. A veces no hace falta mucho para que salte la chispa en mitad
de cualquier tema banal. En su mensaje para esta Jornada Mundial de la Paz 2016,
el Papa nos da pistas para trabajar por la paz auténtica, esa que no es sólo
una palabra para enmarcar. Nos invita a «no perder la esperanza
en la capacidad del hombre de superar el mal, con la gracia de Dios, y a no
caer en la resignación y en la indiferencia».
El perfil social de un cristiano debe ser
una “isla de misericordia” donde la gente encuentre alguien que se preocupa por
los demás, que no es indiferente, que no se resigna ante las injusticias que
ocurren a su alrededor, que confía en el otro y le tiende la mano incluso
cuando el otro no parece dispuesto a dialogar… Ojalá, en este 2016, cada uno de
nosotros pueda ser, en las redes sociales, “instrumento de tu paz”.
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