quinta-feira, 1 de dezembro de 2016

Inmediatamente dejaron las redes

Es asombroso leer el Evangelio con significados actuales. Mientras leía el texto de hoy, resonaba en mí la frase del título: "Inmediatamente dejaron las redes", como si se tratara no de los aparejos del pescador, sino los enredos que trae consigo Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, YouTube... Muchos hoy dejan, efectivamente, las redes por cansancio, por presión, por malas experiencias. Pero aquí bien sabemos que se trata de algo muy diferente, de una llamada, de una vocación, de un requerimiento muy personal.
Quizá sea también importante leer, escuchar esta Palabra hoy entre los iMisioneros. Deja las redes y ven conmigo. ¿Estamos dispuestos a apagar, a dejar inmediatamente, a desconectar? ¿Cómo respondemos hoy, enviando un mensaje o con la vida misma? Dejar, tal y como se pronuncia hoy en el Evangelio, no es tanto una renuncia como una liberación. Las redes también atan, es una necesidad dejarse liberar de ellas, ser libre en ellas. ¡Su llamada nos hace libre!
En su conjunto se produce una transformación que no se nos puede escapar. Hay más redes, que no se nombran. Las cosas dejan de situarse en primer plano, las personas cobran relevancia. Detrás de "pescadores de hombres" hay una novedad inaudita hasta entonces, en la que siempre cabe volverse a mirar. La persona, no las redes, es lo primero. No yo, sino el otro.
Acompañar al Maestro en el continente digital conlleva esto, resituarlo todo, reordenar el conjunto, dar prioridad a lo único importante. La respuesta de Simón, de Andrés, de Santiago y de Juan reclaman nuestra docilidad y agilidad. "Inmediatamente" dice hoy mucho, siendo tantas cosas instantes que llevan a otros instantes. Hablar así con la propia vida, al segundo y en respuesta.

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