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Estos días hemos asistido,
nuevamente, a una
forma de silencio sistemático y escandaloso en relación a la persecución religiosa,
particularmente de los cristianos, que viven en muchos lugares del mundo.
Las hermanas de la Madre Teresa,
las Misioneras de la Caridad, han visto asaltada una de sus casas y el martirio de su comunidad
religiosa en Yemen. En las noticias de los grandes medios, ni
una sola palabra. Otro ejemplo, al que ya parece que nos hemos inmunizado
socialmente, es el drama de miles, mejor decir millones de refugiados que huyen
de sus hogares dejando atrás todo y expuestos a peligros y mafias, perseguidos
por ser cristianos. Pero podríamos seguir con una larga lista de países: Kenia, Nigeria, Egipto, Eritrea... (Mapa de la persecución religiosa)
Ante la violencia y la
barbarie, no cabe ni silencio ni
indiferencia. Las redes sociales han sido
escenario para mostrar lo que está ocurriendo en el mundo. Muchas personas han
utilizado sus perfiles para dar a conocer lo que estaba pasando, contra el
silencio mediático. El
silencio nos convierte fácilmente en cómplices, se hace sufrir
a las víctimas y a los débiles más incluso.
Cuatro actitudes básicas:
1. Seguir aquellos perfiles que informan
de aquello que no se suele dar a conocer. En este caso, información
especializada. No sólo páginas web, sino directamente usuarios, que con
frecuencia están en el mismo lugar. Agradecer de este modo también su labor.
Son fiables. Crear red favoreciendo que no se silencie la violencia.
2. Retuitear, que no quede en poco. No sólo ver,
lamentarse, sintiéndose informado. Seguir actuando de modo que llegue a otras
personas. Y no hacerlo simplemente una vez, sino asumir esa responsabilidad de
forma personal mientras otros callan y silencian. No dejarlo siquiera en un
día. No olvidar. Dos o tres RT, dos o tres publicaciones en Facebook dan
muestra de que este asunto es verdaderamente importante, que no es posible
mirar hacia otro lado.
3. Comentar lo menos posible, pero mostrar una actitud auténticamente
cristiana ante la barbarie. Ni mezclar temas, ni utilizar estas noticias para
otros asuntos, no relacionarlo innecesariamente con lo que va a llevar a
confundir. Simplemente denunciar, mostrar la verdad. A lo más sencillo. Hoy,
por desgracia, las imágenes a las que tenemos acceso en la red revelan más de
lo que quisiéramos conocer.
4. Estar atentos a palabras o hashtag comunes. En ocasiones percibo que no sumamos fuerza
en la misma dirección aquellas personas que estamos en la red de un mismo modo.
Unos van por un lado, otros por otro, en lugar de mantener una línea de
protesta que visualice unidad. Sería lo mismo que salir a la calle con
diferentes pancartas, en distintos puntos de la ciudad, y no todos en el mismo
lugar, a la misma hora.
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