Hoy es viernes y contemplando a Cristo en la Cruz,
reflexionando sobre los días previos, yo me pregunto qué habría hecho.
¿Negar? ¿Silencio cómplice? ¿Huir? ¿Mirar impotente? ¿Alzar la voz? ¿Defender
hiriendo a Malco y dejar que Jesús obre el milagro? ¿Simplemente llorar y
esperar?
No lo sé, no estuve allí. Estoy aquí y ahora. Mi momento es el
actual y mi lugar allí donde vivo, un lugar inmenso al habitar también las
redes sociales. Éste es el momento de la historia del hombre en el que el
Señor quiso que yo estuviera. Esa es la realidad, la actuación, la opción,
son sólo mías; el libre albedrío para señorear de manera absoluta nuestras
decisiones.
La realidad histórica de mi país, de mi ciudad, es muy similar
a circunstancias ya vividas por generaciones anteriores. La diferencia, que
no es poca, es que la tecnología, internet, las redes sociales, nos acercan
las injusticias, las humillaciones, el arrinconamiento, unas veces abierto y
otras sutil, de lo cristiano, de los cristianos. La historia parece ser
cíclica, como para dejar patente el empecinamiento del hombre en sus propios
errores; el maligno montado en una noria. Sin embargo, en esos ciclos
repetitivos de la historia yo prefiero ver oportunidades, precisamente para
que la humanidad como tal, y el pueblo de Dios en concreto, enmende
actitudes, corrija errores, desate estructuras, elimine injusticias, afiance
conceptos, y pueda avanzar en la construcción del Reino.
Yo no soy de callar. El silencio me parece cómplice. Creo que
son momentos de visibilidad. Hacerse visible con normalidad y con la alegría
que debe desprender nuestra fe. Callar es no defender a los débiles, a los
agraviados. Callar es no corregir al que yerra. Callar es claudicar ante la
injusticia.
Visibilidad en nuestra vida diaria, con nuestra propia vida y
con la palabra. Visibilidad optimista, alegre, confiada, acogedora,
armoniosa, pacífica y contundente.
Hoy, viernes de Cuaresma, orando a los pies de la Cruz, yo me
pregunto qué hago. Y, a los pies de la Cruz, elijo no callar, pero tampoco
herir a Malco. Soy más de Jeremy Irons en La
Misión, Custodia en mano, que de empuñar las armas. Pero callar,
jamás.
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SALVE DEUS! FAÇAM O FAVOR DE SEREM FELIZES. COMAM E BEBAM; A MESA ESTÁ POSTA! SALVE DEUS
sexta-feira, 26 de fevereiro de 2016
Yo me pregunto
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