sábado, 26 de dezembro de 2015

Navidad, memoria y palabras importantes


En Navidad hacemos memoria, creamos presencia. Vivimos entre la tensión de lo sucedido durante el año y lo que va a suceder en el siguiente. Memoria que viene de lejos y presencia en la que reclamamos que todo sea nuevo.
No toda memoria, no todo recuerdo. El paso de los días nos obliga a olvidar y seleccionar lo fundamental, lo esencial. Hacer memoria es buscar y salvaguardar lo que ocurrió realmente, repasar internamente, con agradecimiento incluso, y velar para no destruir la historia. Porque sabemos que en esta historia pequeña que a nosotros nos ha tocado vivir a fondo hay un plan de Dios que se va tejiendo en lo profundo, entre las personas.
La memoria de lo inolvidable, la que nos remonta a aquello que nosotros no vivimos siquiera, nos hace reconstruir el Misterio. Es memoria para iluminar, no se trata de un entretenimiento. Y comprobamos el acontecimiento que acompaña la Encarnación, a medida que entramos en él en contemplación, en silencio, en adoración, da sentido a lo que hoy sucede en el mundo. Se hace actual, pero no por nuestra memoria, sino porque Dios siempre está presente.
La red estos días se llena de imágenes y de recuerdos. Unas conectan más con el propio gusto que otras. Pero sería de torpes, quizá muy torpes, valorar lo que representan sólo en función de la cercanía que ofrecen. En esas imágenes no tan bonitas para quien las ve hay algo que también es muy real. En las otras puede que incluso el gusto pretenda hacerse con toda la relación y nos quedemos en lo puramente bonito. Un paso más allá está el misterio, siempre bello en su esplendor.
Como propuesta, #PalabraRecuerdo2015. Una palabra, de esas que aparecen en los ranking del año. ¿Cuál es la tuya, que puede o no estar entre las mejores, pero que es única, que te hace vivir como quien eres, que te pone de frente a la Navidad con todo lo que ha sucedido en el año? Compártela.

Nenhum comentário:

Postar um comentário