terça-feira, 29 de dezembro de 2015

Diario de una madre imperfecta


HISTORIAS CORRIENTES.


"LOS PADRES DEBEN SER LOS PRIMEROS AMIGOS DE LOS HIJOS".
(Pío XII).


Siempre me gustó esta frase.
Quizás porque en esta batalla que me toca lidiar como tal, en muchos momentos me siento perdida entre mi impaciencia, mi falta de continuidad y lo que requiere vivir para otras personas en cuerpo y alma. Proteger, amar, educar... Para un trasto como yo, ser madre es el reto más grande que nadie podría haberme planteado. Un día Él lo hizo, lo recuerdo perfectamente como si fuera ayer. Me llevó a París en el 97, a la ciudad del amor y allí me dijo: "No serás mi esposa, serás de otro hombres y te daré la oportunidad de romperte de amor y ser madre". Y yo que pensaba que era una loca sin causa... Allí estaba Dios haciéndome la declaración de mi vida, el loco era Él. ¿No sabía acaso mi Amado que yo era incapaz de recordar dar de comer tres días seguidos a mis mascotas? Madre mía, tendría hijos y lo más posible es que se murieran de hambre como mi pobre pez en su cárcel de cristal.



Un año después apareció Pepe. Lo más opuesto a mi que había en la tierra. Y pensé: Se va a liar la de Dios, Este iba en serio cuando me dijo que me iba a dar la oportunidad de engendrar vida.
Y fue así.


Desde entonces no he parado de intentarlo hacer lo mejor que se. No estoy segura de estar haciéndolo todo lo mejor que podría, pero lo intento. Y espero que el día de mañana mis hijos se sientan orgullosos de su madre. De alguien que pese a mis imperfecciones he intentado dar lo mejor de mi en ellos y por ellos.


¿Por qué cuento esto?
Hoy volvía del trabajo y al llegar al carril de tierra de la barriada, vivo en el campo en una zona no urbanizada, el amiguito de mi hijo iba en un car de esos que ahora tan de moda están y que todos los padres se sienten los mejores del mundo por comprar a sus hijos. Casi lo atropellamos al girar la esquina de no ser porque segundos antes mi ángel de la guarda me gritó: "cuidado"
Lo que pasó a continuación me ha echo pensar en el tema durante todo el almuerzo. Pude escuchar la voz del ángel de ese niño que me dijo: "Y tú te consideras un trasto, estresado estoy". Le pregunté al mio si ellos sufren de estrés, rió y me dijo que no, que es una expresión humana lo que había oído. Que a veces ellos según la personalidad propia de cada ser espiritual, a pesar de no ser irónicos, pueden entender la ironía y utilizar frases que la identifican. Aún después de su explicación seguí pensando en el tema.


Los padres debemos ser los primeros amigos de nuestros hijos, cierto es. Pero sin olvidar que somos los primeros educadores, y que nuestra principal misión es la de custodiarlos mientras su madures no les permita ser responsables de los actos y las elecciones que tomen en la vida.
¿Donde están los padres de un niño, con nueve años que va a más de 30Km/h con un vehículo circulando en una vía donde circulan otros vehículos de mayor tamaños? Los padres hemos olvidado como ser padres... no veo otra.


Me miro años atrás, cuando era una niña y no hay un momento en que mi mejor amigo de aquella etapa no aparezca. Mi viejo siempre estuvo. No importa lo cansado que llegara de trabajar, nunca caí en la cuenta de preguntar si a él le apetecía o no, quizás porque no tenia edad para ello, pero él siempre estaba allí, siendo mi compañero de juego. Llevándome en bici, acompañándome al parque, siendo responsable de hacerme llorar cuando pedí cosas que no eran seguras.Pero nunca cediendo a aquello que en su juicio creyó peligroso para mi seguridad.


¿Donde han ido a parar ese tipo de padres?


Se que soy un desastre, que me falta mucho para llegar a ser la mitad de lo que mi padre ha sido conmigo. De tener el espíritu de sacrificio de mi madre que se perdió tantos momentos de mi por cuidar de los abuelos en casa. Sé que a veces puedo ser incluso más cría que mis propios hijos. Pero me reitero, intento ser su madre lo mejor que se. Porque amigos tienen muchos, madre solo a mí, aunque sea un desastre.


Y este año seré una mala madre por Reyes, porque no voy a comprar un cacharro de esos a mi hijo. Lo podría pagar a plazos y sacrificarme y ser una madre estupenda por que así mi hijo no se sentirá menos que los demás subido en el puñetero car. Pero voy a ser una mala madre y voy a velar por la seguridad de mi hijo mientras pueda y quizás un día también a él le toque estar donde ahora estoy yo; y ser la mitad de responsable que intento serlo yo con él, a pesar de no ser capaz ni de recordar dar de comer a mis mascotas.

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